lunes, 29 de junio de 2009

NO LLUEVE SOBRE MOJADO...

Escribí el 26 de junio, día de su fiesta, cómo recordaba a san Josemaría, sacerdote apasionadamente enamorado de la Confesión. Ahora ofrezco un video cortito, que recoge algunos momentos en los que, ante miles de personas, predicaba sobre este sacramento.

sábado, 27 de junio de 2009

LA HISTORIA DE NOÉ

La historia es vieja como Noé, literalmente. Dice así: "Noé, que era labrador, fue el primero que plantó una viña. Bebió del vino, se embriagó y se quedó desnudo dentro de su tienda. (...) Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo echaron ambos al hombro, y andando de espaldas, con el rostro vuelto, cubrieron, sin verla, la desnudez de su padre" (Gn, 9, 20-23).

Lo que digo y subrayo hoy, que es el día después, es que yo también soy Noé, tú también eres Noé, y él y todos nosotros somos Noé. Y me vienen a los labios las palabras que leí hace años en "Camino": "Como los hijos buenos de Noé, cubre con la capa de la caridad las miserias que veas en tu padre, el Sacerdote" (n. 75).

viernes, 26 de junio de 2009

HACERLE ECO

Yo conocí y traté y quise y quiero con toda el alma, a este sacerdote santo, san Josemaría Escrivá de Balaguer, cuya fiesta celebra hoy la Iglesia. Lo conocí en 1964 y estuve cerca suyo (durante dos años, muy cerca, viviendo con él en Roma) hasta 10 años después, cuando en Buenos Aires aseguraba que volvería a Argentina después de venir al Uruguay. El plan de Dios fue otro y, un año más tarde, se iba al Cielo el 26 de junio de 1975, su "dies natalis", su fiesta, fiesta hoy de la Iglesia entera.
De entre mil recuerdos, me golpea dulce y fuertemente su apasionada insistencia en la necesidad de frecuentar "el sacramento de la misericordia divina": ¡a grito pelado lo pregonaba en Argentina, en Brasil, en Chile, en Perú, en Ecuador..., en todos los sitios!: "¡a confesar, a confesar!", pedía a voces: "¡Si en estas tres semanas que he estado en Argentina, tres personas se han acercado a Cristo por medio de la Confesión, yo no he perdido el tiempo!"...

Escucho hoy a Benedicto XVI, "il dolce Cristo in terra", como le llamaba recogiendo el decir de santa Catalina de Siena, pidiéndonos a los sacerdotes que encontremos el tiempo para estar en el confesonario y dedicarnos a ese ministerio en el que nadie puede sustituirnos... Le pido a san Josemaría, sacerdote secular que amaba con amor de predilección a todos los sacerdotes seculares del mundo, que sepamos hacerle eco eficaz.

martes, 23 de junio de 2009

HILO GRUESO PARA RUMIAR

Cuando empieza el invierno las cosas se complican, al menos para mí, y el arranque de estación suele mandarme a la cucha un par de días. Entre varias ventajas, esta situación me ha permitido leer y rumiar la carta que el Papa nos escribió a los sacerdotes, con motivo del comienzo del Año Sacerdotal. Ya la había leído entera, pero lo que escribe Benedicto XVI me exige varias lecturas: en la primera, me entero de su contenido, en general; en la segunda, más atenta, reparo en el hilo grueso que la recorre y trato de destacarlo; después viene el momento de rumiar lo subrayado; más tarde... En fin, para qué aburrirlos con algo tan personal...
El caso es que, leyéndola por segunda vez, me ha llamado la atención cuánto espacio le dedica el Papa a presentar la importancia que le dio el Cura de Ars al sacramento de la Confesión y, poniéndolo de ejemplo, cómo nos pide a los sacerdotes que lo imitemos. Reproduzco, pues, lo que escribe sobre el tema, subrayando por mi parte lo que más tarde pienso rumiar.

"Esta identificación personal con el Sacrificio de la Cruz lo llevaba -con una sola moción interior- del altar al confesonario. Los sacerdotes no deberían resignarse nunca a ver vacíos sus confesonarios ni limitarse a constatar la indiferencia de los fieles hacia este sacramento. En Francia, en tiempos del Santo Cura de Ars, la confesión no era ni más fácil ni más frecuente que en nuestros días, pues el vendaval revolucionario había arrasado desde hacía tiempo la práctica religiosa. Pero él intentó por todos los medios, en la predicación y con consejos persuasivos, que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia sacramental, mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística. Supo iniciar así un "círculo virtuoso". Con su prolongado estar ante el sagrario en la Iglesia, consiguió que los fieles comenzasen a imitarlo, yendo a visitar a Jesús, seguros de que allí encontrarían también a su párroco, disponible para escucharlos y perdonarlos. Al final, una muchedumbre cada vez mayor de penitentes, provenientes de toda Francia, lo retenía en el confesonario hasta 16 horas al día. Se comentaba que Ars se había convertido en "el gran hospital de las almas". Su primer biógrafo afirma: "La gracia que conseguía [para que los pecadores se convirtiesen] era tan abundante que salía en su búsqueda sin dejarles un momento de tregua". En este mismo sentido, el Santo Cura de Ars decía: "No es el pecador el que vuelve a Dios para pedirle perdón, sino Dios mismo quien va tras el pecador y lo hace volver a Él". "Este buen Salvador está tan lleno de amor que nos busca por todas partes".
Todos los sacerdotes hemos de considerar como dirigidas personalmente a nosotros aquellas palabras que él ponía en boca de Jesús: "Encargaré a mis ministros que anuncien a los pecadores que estoy siempre dispuesto a recibirlos, que mi misericordia es infinita". Los sacerdotes podemos aprender del Santo Cura de Ars no sólo una confianza infinita en el sacramento de la Penitencia, que nos impulse a ponerlo en el centro de nuestras preocupaciones pastorales, sino también el método del "diálogo de salvación" que en él se debe entablar. El Cura de Ars se comportaba de manera diferente con cada penitente. Quien se acercaba a su confesonario con una necesidad profunda y humilde del perdón de Dios, encontraba en él palabras de ánimo para sumergirse en el "torrente de la divina misericordia" que arrastra todo con su fuerza. Y si alguno estaba afligido por su debilidad e inconstancia, con miedo a futuras recaídas, el Cura de Ars le revelaba el secreto de Dios con una expresión de una belleza conmovedora: "El buen Dios lo sabe todo. Antes incluso de que se lo confeséis, sabe ya que pecaréis nuevamente y sin embargo os perdona. ¡Qué grande es el amor de nuestro Dios que le lleva incluso a olvidar voluntariamente el futuro, con tal de perdonarnos!". A quien, en cambio, se acusaba de manera fría y casi indolente, le mostraba, con sus propias lágrimas, la evidencia seria y dolorosa de lo "abominable" de su actitud: "Lloro porque vosotros no lloráis", decía. "Si el Señor no fuese tan bueno... pero lo es. Hay que ser un bárbaro para comportarse de esta manera ante un Padre tan bueno". Provocaba el arrepentimiento en el corazón de los tibios, obligándoles a ver con sus propios ojos el sufrimiento de Dios por los pecados como "encarnado" en el rostro del sacerdote que los confesaba. Si alguno manifestaba deseos y actitudes de una vida espiritual más profunda, le mostraba abiertamente las profundidades del amor, explicándole la inefable belleza de vivir unidos a Dios y estar en su presencia: "Todo bajo los ojos de Dios, todo con Dios, todo para agradar a Dios... ¡Qué maravilla!". Y les enseñaba a orar: "Dios mío, concédeme la gracia de amarte tanto cuanto yo sea capaz".

Se entregaba totalmente a su propia vocación y misión con una ascesis severa: "La mayor desgracia para nosotros los párrocos -deploraba el Santo- es que el alma se endurezca"; con esto se refería al peligro de que el pastor se acostumbre al estado de pecado o indiferencia en que viven muchas de sus ovejas. Dominaba su cuerpo con vigilias y ayunos para evitar que opusiera resistencia a su alma sacerdotal. Y se mortificaba voluntariamente en favor de las almas que le habían sido confiadas y para unirse a la expiación de tantos pecados oídos en confesión. A un hermano sacerdote, le explicaba: "Le diré cuál es mi receta: doy a los pecadores una penitencia pequeña y el resto lo hago yo por ellos". Más allá de las penitencias concretas que el Cura de Ars hacía, el núcleo de su enseñanza sigue siendo en cualquier caso válido para todos: las almas cuestan la sangre de Cristo y el sacerdote no puede dedicarse a su salvación sin participar personalmente en el "alto precio" de la redención.

viernes, 19 de junio de 2009

COSAS DEL "TRABAJO PASTORAL"

Hoy ha empezado el "Año Sacerdotal", y la página web de la Santa Sede ha inaugurado una sección que recoge diversos encuentros del Papa con sacerdotes. Las respuestas de Benedicto XVI a las preguntas que le plantean son de una gran riqueza. Me propongo facilitar su lectura, publicando lo sustancial de ellas, si se puede hablar así.
Hay que reconocer que cada uno de nosotros pasa por momentos en los que puede hay que Hay que reconocer que cada uno de nosotros pasa por momentos en los que puede desanimarse ante la magnitud de lo que tiene que hacer y los límites de lo que en realidad puede hacer. Esto sucede también al Papa. ¿Qué debo hacer en esta hora de la Iglesia, con tantos problemas, con desanimarse ante la magnitud de lo que tiene que hacer y los límites de lo que en realidad puede hacer. Esto sucede también al Papa. ¿Qué debo hacer en esta hora de la Iglesia, con tantos problemas, con tantas alegrías, con tantos desafíos que afronta la Iglesia universal? Suceden tantas cosas cada día y no soy capaz de responder a todo. Hago mi parte, hago lo que puedo hacer. Trato de encontrar las prioridades.

También un párroco que está solo ve que son muchas las cosas que es preciso hacer en esta situación que usted ha descrito brevemente. Y sólo puede hacer una: tapar agujeros —como dijo usted—, dedicarse a los "primeros auxilios", consciente de que se debería hacer mucho más. Pues bien, la primera necesidad de todos nosotros es reconocer con humildad nuestros límites, reconocer que debemos dejar que el Señor haga la mayoría de las cosas. Hoy escuchamos en el evangelio la parábola del siervo fiel (cf. Mt 24, 42-51). Este siervo, como nos dice el Señor, da la comida a los demás a su tiempo. No lo hace todo a la vez, sino que es un siervo sabio y prudente, que sabe distribuir en los diversos momentos lo que debe hacer en aquella situación. Lo hace con humildad, y también está seguro de la confianza de su señor. Así nosotros, debemos hacer lo posible para tratar de ser sabios y prudentes, y también tener confianza en la bondad de nuestro Señor, porque al fin y al cabo debe ser él quien guíe a su Iglesia. Nosotros nos insertamos con nuestro pequeño don y hacemos lo que podemos, sobre todo las cosas siempre necesarias: los sacramentos, el anuncio de la Palabra, los signos de nuestra caridad y de nuestro amor.
Por lo que respecta a la vida interior, es esencial para nuestro servicio sacerdotal. El tiempo que dedicamos a la oración no es un tiempo sustraído a nuestra responsabilidad pastoral, sino que es precisamente "trabajo" pastoral, es orar también por los demás. En el "Común de pastores" se lee que una de las características del buen pastor es que "multum oravit pro fratribus". Es propio del pastor ser hombre de oración, estar ante el Señor orando por los demás, sustituyendo también a los demás, que tal vez no saben orar, no quieren orar o no encuentran tiempo para orar. Así se pone de relieve que este diálogo con Dios es una actividad pastoral. La Iglesia nos da, casi nos impone —aunque siempre como Madre buena— dedicar tiempo a Dios, con las dos prácticas que forman parte de nuestros deberes: celebrar la santa misa y rezar el breviario. Pero más que recitar, hacerlo como escucha de la Palabra que el Señor nos ofrece en la liturgia de las Horas. Es preciso interiorizar esta Palabra, estar atentos a lo que el Señor nos dice con esta Palabra, escuchar luego los comentarios de los Padres de la Iglesia o también del Concilio, en la segunda lectura del Oficio de lectura, y orar con esta gran invocación que son los Salmos, a través de los cuales nos insertamos en la oración de todos los tiempos. Ora con nosotros el pueblo de la antigua Alianza, y nosotros oramos con él. Oramos con el Señor, que es el verdadero sujeto de los Salmos. Oramos con la Iglesia de todos los tiempos. Este tiempo dedicado a la liturgia de las Horas es tiempo precioso. La Iglesia nos da esta libertad, este espacio libre de vida con Dios, que es también vida para los demás. Así, me parece importante ver que estas dos realidades, la santa misa, celebrada realmente en diálogo con Dios, y la liturgia de las Horas, son zonas de libertad, de vida interior, que la Iglesia nos da y que constituyen una riqueza para nosotros. Como he dicho, en ellas no sólo nos encontramos con la Iglesia de todos los tiempos, sino también con el Señor mismo, que nos habla y espera nuestra respuesta. Así aprendemos a orar, insertándonos en la oración de todos los tiempos y nos encontramos también con el pueblo.

La gente tiene sed. Y trata de apagar esta sed con diversas diversiones. Pero comprende bien que esas diversiones no son el "agua viva" que necesitamos. El Señor es la fuente del "agua viva". Pero en el capítulo 7 de san Juan nos dice que todo el que cree se convierte en una "fuente", porque ha bebido de Cristo. Y esta "agua viva" (v. 38) se transforma en nosotros en agua que brota, en una fuente para los demás. Así, tratemos de beberla en la oración, en la celebración de la santa misa, en la lectura; tratemos de beber de esta fuente para que se convierta en fuente en nosotros, y podamos responder mejor a la sed de la gente de hoy, teniendo en nosotros el "agua viva", teniendo la realidad divina, la realidad del Señor Jesús, que se encarnó. Así podremos responder mejor a las necesidades de nuestra gente.

miércoles, 17 de junio de 2009

LOS SACERDOTES

El Viernes 19 de Junio empieza en la Iglesia un año del todo especial. Como lo había anunciado Benedicto XVI en Marzo pasado, comenzará un AÑO SACERDOTAL, con objeto de "favorecer la tensión de los sacerdotes hacia la perfección espiritual, de la cual depende sobre todo la eficacia de su ministerio". Quiere también el Papa, con esta iniciativa, "hacer que se perciba cada vez más la importancia del papel y de la misión del sacerdote en la Iglesia y en la sociedad contemporánea".
Más allá de algunos casos -publicitados y manipulados por demás-de infidelidad al compromiso sacerdotal, la verdad es que la inmensa mayoría de los 407.000 sacerdotes del clero secular y religioso que hay en la Iglesia, viven con ilusión y sacrificio alegre su vocación. No obstante, además de que es necesario que haya más sacerdotes, debemos ser santos.
El "Año Sacerdotal" es una fuerte invitación a que renovemos ese empeño, contando con la oración de toda la Iglesia y siguiendo el ejemplo inolvidable del santo Cura de Ars, al que el Papa proclamará "Patrono de los todos los sacerdotes del mundo".
Durante este Año, Benedicto XVI ha dispuesto unos modos de ganar la indulgencia plenaria, que expresan la urgencia de rezar mucho por nosotros, los sacerdotes. Quisiera invitarlos a hacer click ahí y leer despacio su contenido: para ganar la indulgencia, para comunicarlo a muchos, para rogar al dueño de la mies que, además de mandar nuevos obreros a trabajar en ella, despierte en todos deseos prácticos de santidad. Así aliviaremos las heridas de este mundo nuestro tan machucado...

martes, 16 de junio de 2009

DESDE DONDE SALE EL SOL HASTA EL OCASO

Procesión del Corpus en Minsk, capital de Bielorrusia, este doomingo pasado. "Desde donde sale el sol hasta el ocaso..." Es conmovedor. "Una sola fe, un solo Señor, un solo Bautismo", una sola la Eucaristía que nos une a lo largo y ancho del mundo. En otro blog pueden ver más fotos: pinchar aquí.

lunes, 15 de junio de 2009

PRIORIDAD UNO PARA MONSEÑOR BETO

El sábado pasado, a las siete y media de la mañana, me llamó por teléfono el P. José García, de la diócesis de Salto: tenía que darme una noticia importante: a Beto Bodeant, Obispo Auxiliar de esa diócesis, lo había nombrado el Papa, Obispo de Melo.
Me alegré al saberlo y le dejé un mensaje a Beto en su celular. (A quienes no lo conocen, quizás les llame la atención el nombre del obispo. Aclaro que se llama Heriberto, pero desde siempre se le conoce por ese apelativo familiar y cariñoso que él mismo cultiva). Al mediodía hablamos por teléfono y me dijo, emocionado, que la primera llamada que había recibido fue la de monseñor Roberto Cáceres, que se autocalifica con razón como "el más emérito de los obispos eméritos", pues tiene 88 años y pasó todos sus años episcopales -¡47 tiene ahora!-como obispo de Melo... (De mons. Cáceres y sus trabajos actuales escribí otro post). Lo había llamado para felicitarlo, para animarlo, para ponerse a su disposición...: todo un ejemplo.
Como es lógico, monseñor Bodeant estaba contento. Es lógico porque ¿cómo no alegrarse de que el Papa tenga confianza en él y ponga en sus manos una porción de la Iglesia? Al mismo tiempo, la carga recibida reclama con urgencia la oración de todos por el nuevo obispo. Los datos cantan: la diócesis de Melo, que abarca los departamentos de Cerro Largo y Treinta y Tres, tiene 21.177 kilómetros de superficie y 132.000 habitantes. Para atenderla, en ella se encuentran 12 sacerdotes del clero secular y 8 religiosos.
Hoy cumple Beto 55 años. Por medio de la Virgen del Pilar, Patrona de la Catedral, habría que pedir para él que, en los 20 años de trabajo como obispo que le esperan, si Dios quiere, se multipliquen por dos o por tres los sacerdotes de su diócesis: se me ocurre que es una intención con prioridad uno.

jueves, 4 de junio de 2009

LINCOLN SAYS: QUO VADIS, BARACK OBAMA?


En 1863, Abraham Lincoln, décimosexto Presidente de los Estados Unidos, firmó la Proclama de Emancipación, con la cual abolió la esclavitud. El actual Presidente, Barack Obama, gran admirador de su antecesor en el cargo, seguramente, como él, pasará también a la historia... No contento con las medidas que ha tomado para favorecer el aborto, en y fuera de su país, acaba de firmar una proclama por la que el mes de junio de este año será el Mes del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual y Transgénero (LGBT).
Desde su visión relativista de la vida, con esta proclama Obama está erigiéndose en el "mesías" que se ha propuesto abolir la "esclavitud social" de las personas LGBT. El problema es que, más allá de los obvios derechos de cada ser humano, que deben ser siempre respetados por todos, hay una diferencia esencial entre el derecho a no ser discriminado por el color de la piel, como declaró Lincoln, y el apoyo indiscriminado de este Presidente norteamericano al uso y abuso de la sexualidad. Esta echando en saco rato esta grave advertencia de Juan Pablo II: "El hundimiento de la moralidad lleva consigo la caída de las sociedades.”
Adjunto la información de Noticias Globales.

"Debido, en gran parte, a la determinación y a la dedicación del movimiento por los derechos LGBT", dice en la proclama "más estadounidenses LGBT están viviendo más abiertamente que nunca". "El movimiento por los derechos LGBT ha logrado un gran progreso, pero queda mucho camino por recorrer en la aceptación del movimiento homosexual”, continúa la proclama firmada por Barack Obama. Los “jóvenes LGBT deben sentirse seguros sin temor al hostigamiento, y las familias LGBT y los LGTB de la tercera edad deberían poder vivir sus vidas con dignidad y respeto". “Mi administración se ha asociado con la comunidad LGBT para avanzar en una amplia gama de iniciativas”, dice Obama enumerando varias medidas de gobierno: 1) En el plano internacional, en las Naciones Unidas, se ha unido a los esfuerzos para despenalizar la homosexualidad en el mundo; 2) En el país, “seguiremos con medidas de apoyo a la igualdad de derechos de los LGBT norteamericanos”. Estas medidas incluyen: a) mejorar las leyes sobre los crímenes de odio; b) apoyar las uniones civiles y los derechos federales que prohíben la discriminación en el lugar de trabajo para las parejas LGTB; c) comprometerse en la lucha contra la epidemia de VIH/SIDA, para reducir el número de infecciones y aumentar la prestación de servicios de atención y apoyo a las personas enfermas de VIH/SIDA. “Estas cuestiones no sólo afectan a la comunidad LGBT, sino también a toda nuestra Nación. En la medida en que sigue sin cumplirse la promesa de igualdad, todos los estadounidenses se ven afectados (…) Durante el Mes del Orgullo LGBT, hago un llamamiento a la comunidad LGBT, al Congreso y al pueblo de los Estados Unidos para trabajar juntos en la promoción de la igualdad de derechos para todos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género”. La proclama finaliza:
“POR TANTO, YO, Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de América, en virtud de la autoridad que me otorga la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, proclamo por la presente al mes junio de 2009 como el Mes del Orgullo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. Hago un llamamiento a la población de los Estados Unidos de revertir la discriminación y los prejuicios que existen en todos lados”.