jueves, 11 de febrero de 2010

LAS MUJERES, CENTINELAS

Hoy estoy con el pensamiento en Lourdes, donde en setiembre de 2008 disfruté, en persona, de unos días inolvidables. Antes conocía ese bendito lugar sólo por fotos; desde que estuve allí, en la Gruta en la que se apareció la Virgen a Bernadette Soubirous, recordarlo es motivo para renovar la decisión de poner más empeño en llevar a la práctica lo que la Inmaculada Conceción pidió a la muchacha: que recemos el Santo Rosario: se sobreentiende, que lo recemos con devoción.
La Gruta de las Apariciones es un lugar que emite ondas de una paz extraordinaria. El silencio se impone por sí mismo, sin necesidad de cuidados especiales. ¿Cómo no guardarlo espontáneamente, apenas se recuerda que ahí posó sus pies la Madre de Dios? Que delante de esa imagen rezaron, ¿cuántos santos?

Cuando estuve en la Gruta recordé especialmente a Juan Pablo II, que ocho meses antes de irse al Cielo y en un estado físico lastimoso, quiso peregrinar a Lourdes para "implorar a la Virgen un despertar de la conciencia moral de los hombres". Y recordé unas palabras suyas estremecedoras: dijo que, al encomendarle su mensaje a una muchacha, "María lo hizo como para subrayar la misión peculiar que corresponde a la mujer en nuestro tiempo, tentado por el materialismo y la secularización". Después, dirigiéndose a las mujeres, agregó: "A vosotras, las mujeres, os corresponde ser centinelas del Invisible".

¿Qué significa esta misteriosa expresión, que el Papa no aclaró? Dejo las puertas del diálogo abiertas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Centinelas del Invisible debe ser algo así como "Guardianas de Dios". Pero no se entiende la razón por la cual esa debería ser, según Juan Pablo II, una misión de las mujeres.
Adriana
P.S.: perdone Padre que mi respuesta sea en realidad una pregunta, pero no se me ocurre nada más.

JAIME FUENTES dijo...

Gracias, Adriana. En mi opinión, para entender por qué Juan Pablo II calificó a las mujeres como "centinelas del Invisible", hay que tener en cuenta: 1) el centinela es el que está de guardia y no puede dormirse: más aún, al que en tiempo de guerra se duerme, se le condena a muerte; 2)en esta guerra contra Dios en la que estamos (no se le quiere ni en la vida privada ni en la pública), nadie puede dormirse y a las mujeres, porque saben mucho más de Dios que los hombres y pueden más que ellos, les ha tocado ser guardianas de Su Presencia en el mundo: cuidarLo con Amor; 3) en primer lugar, en la familia; y, también, en todos los ámbitos de su existencia; 4) ¿cómo? Conociéndolo cada vez más intensamente y dándolo a conocer con el ejemplo y con la palabra: incisiva, respetuosa, valiente, sin complejos: si tantas y tantos no los tienen para vivir como si Dios no existiera, ¿por qué tenerlos para darlo a conocer? 5) Hace falta formarse bien: leer, estudiar, hacer oración. 6) Stop.

Anónimo dijo...

¿No dice el evangelio que las mujeres fueron las primeras centinelas de Jesús, cuando murió y lo pusieron en el sepulcro? Con mayor razón ahora, cuando a pesar de que vive hay gente empeñada en sepultarlo. Centinelas del Invisible, a mi modo de ver, es estar despiertas y salir todas las mañanas a buscarlo, aunque las piedras del sepulcro sean grandes; Jesús se nos aparece en el camino.
Por otra parte, es lo de siempre, con todo respeto al Santo Padre Juan Pablo II: cuando las patatas queman, se llama a las mujeres.
Pilar