jueves, 19 de marzo de 2009

ESO DE SER OBISPO...

Ayer celebró sus bodas de plata episcopales el Obispo de Salto, mons. Pablo Galimberti. Almuerzo con sus sacerdotes al mediodía, Misa Solemne por la tarde en la Catedral, llena de fieles, parientes y amigos: cariño, gratitud, aplausos... No obstante, me venía implacable el recuerdo de una confidencia que me hizo, hace un montón de años, mons. Miguel Balaguer (q.e.p.d), cuando ya era Obispo emérito de Tacuarembó. Cumplidos sus 75 años había presentado la renuncia y, como pasaban los meses y no llegaba la esperada sucesión, con ocasión de la visita "ad limina" se quejó al Santo Padre Pablo VI... El Papa lo escuchó con atención y le respondió: "Monsignore, tutti dobbiamo portare la nostra Croce!...". Me comentó entonces mons. Balaguer: - Padre, ¡es muy duro ser obispo!
Mons. Roberto Cáceres, que asistió a la celebración de ayer, parecía desmentirlo. Se autocalificaba, con razón, como "el más emérito de todos los obispos uruguayos": 88 años y 47 de obispo... Le pregunté cómo ocupaba el tiempo... Me dijo con sencillez:

- Durante la semana estoy en Treinta y Tres y celebro la Misa en las Doroteas. Los sábados voy a Melo y el domingo tengo una audición en Radio María, de 8 a 9. Después celebro Misa en San Antonio o en Betania. A las 10.45 está la audición Enfoques, en La Voz de Melo. A las 12.30, vuelvo a Treinta y Tres, y a las 17.00 celebro Misa en el barrio Veinticinco. A las 20.30 es la audición en Radio Patria, hasta las 21.00. ¡Ah!, los martes tengo otra audición en "Campo Abierto". Bueno, es eso; mientras pueda ser útil estoy ¡tan contento!...

Yo no dije nada, pa'qué.

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