
Más allá de algunos casos -publicitados y manipulados por demás-de infidelidad al compromiso sacerdotal, la verdad es que la inmensa mayoría de los 407.000 sacerdotes del clero secular y religioso que hay en la Iglesia, viven con ilusión y sacrificio alegre su vocación. No obstante, además de que es necesario que haya más sacerdotes, debemos ser santos.
El "Año Sacerdotal" es una fuerte invitación a que renovemos ese empeño, contando con la oración de toda la Iglesia y siguiendo el ejemplo inolvidable del santo Cura de Ars, al que el Papa proclamará "Patrono de los todos los sacerdotes del mundo".
Durante este Año, Benedicto XVI ha dispuesto unos modos de ganar la indulgencia plenaria, que expresan la urgencia de rezar mucho por nosotros, los sacerdotes. Quisiera invitarlos a hacer click ahí y leer despacio su contenido: para ganar la indulgencia, para comunicarlo a muchos, para rogar al dueño de la mies que, además de mandar nuevos obreros a trabajar en ella, despierte en todos deseos prácticos de santidad. Así aliviaremos las heridas de este mundo nuestro tan machucado...
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