martes, 22 de diciembre de 2009

NAVIDAD EN EL CIELO


Hace apenas 4 horas, en Madrid, a los 93 años, mi padre se fue al Cielo. Le agradezco a Dios que, una hora y media más tarde, he podido celebrar la Misa por su alma en el oratorio de la Universidad de Montevideo. Al leer el Evangelio me encontré con el Magnificat... Me uní con todas mis fuerzas a la alabanza de la Virgen, a la que mi padre, Rafael, siempre quiso mucho.

En un librito que escribió al celebrar las Bodas de Oro, él recordaba sus primeras armas como cantor, cuando era niño y, estudiando en el colegio de los jesuitas de Sevilla, debutó como solista nada menos que en la inmensa Catedral de esa ciudad cantándole a la Virgen. Su madre, María Elena Pareja, antes de morir le pidió que nunca dejara de cantar en la iglesia... Él cumplió esta manda hasta que no pudo hacerlo más.

Hace poco más de un año estuve con mis padres en Madrid y les saqué esta foto. Lúcidos mentalmente los dos, a mi padre lo encontré, como siempre, sereno e interesado por todo lo nuestro: por Uruguay, por su gobierno, por la situación económica, por el fútbol... Desde hace tiempo casi no podía ver ni, como es lógico, escribir, ni leer: y eran sus pasiones dominantes... Rezaba mucho, mucho. La Virgen se lo llevó a pasar la Navidad en el Cielo: debe ser formidable.

2 comentarios:

Marga Fuentes dijo...

Precioso lo que escribiste, Jaime.
Precioso el mail que escribió la secretaria de papá.
Me voy al velatorio y luego al tanatorio a acompañar a papá en su último viaje.
Un abrazo fuere y un beso,

Luis Madrigal Tascón dijo...

No es ningún mal sitio para pasar la Navidad, ¿verdad?. Entonces sólo puede ser motivo de una inmensa alegría. Luis Madrigal.-