sábado, 29 de mayo de 2010

CUBA: ¡ES LA HORA DE LA LIBERTAD!...



Algo se movió en Cuba, y no es poca cosa, aunque nadie sabe si las conversaciones entre el gobierno y el Cardenal Jaime Ortega darán algún resultado concreto. Pero hay que mantener la esperanza, pidiéndole a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, que interceda por los millones de hombres y mujeres que viven en la isla sin libertad. Entre muchos recuerdos, uno como botón de muestra.

Fue el martes 20 de enero de 1998. Al día siguiente llegaba Juan Pablo II a Cuba. Enviado por una radio uruguaya a cubrir la histórica visita, a las 9 de la noche fui al bar del hotel “Habana Libre”, donde estaba instalada la sala de prensa, con la idea de cenar algo.

Apenas me había sentado en una mesa, cuando una mujer se acercó dubitativa, como preguntándose si podría abordarme. Entre 35 y 40 años, altura media, pelo castaño corto, pollera azul, camisa estampada, un bolso en el brazo...: no había en su aspecto ningún rasgo que hiciera prudente ignorarla. Ante su indecisión le pregunté:

- ¿Quiere algo?

- Sí, hablar con usted, respondió tímidamente. Pero tengo tantos nervios que es como si usted me fuera a entrevistar a mí, en vez de entrevistarlo yo a usted...

-Si eso es todo, con mucho gusto. Ahora iba a comer algo... Si quiere siéntese y hablamos.

La mujer no venía sola; la acompañaba un muchacho mulato, alto, correctamente vestido.

- Es el taxista, explicó.

Damas de blanco: "persevera y triunfarás"...

Pedí una cerveza y una pizza para mí. Ellos, una cerveza y un sandwich.

La mujer no tenía ninguna acreditación visible. Le pregunté para qué medio era la entrevista y si podía identificarse. Abrió su bolso y extendió sobre la mesa tres carnets de prensa diferentes y el del Partido Comunista.

- Bueno, usted dirá que quiere saber.

- ¿A qué viene el Papa a Cuba?

- El Papa viene a Cuba a cumplir su misión de confirmar a los católicos en la fe y a traer un mensaje de verdad y esperanza para todo el pueblo cubano.

- ¿Y usted, por qué vino a Cuba?

- Por la misma razón que los otros 3.000 periodistas de todo el mundo: para informar sobre esta visita del Santo Padre.

- Pero usted es sacerdote...

Le expliqué entonces que, efectivamente, la misión fundamental del sacerdote es celebrar la Santa Misa, predicar y confesar, pero que también era periodista y que este hecho histórico del viaje del Papa a Cuba había hecho que una emisora de radio uruguaya tuviera interés en enviarme…

La periodista cubana siguió preguntando y escribiendo, pero en un momento, para mi sorpresa, cerró su block y dejó de escribir.

- Padre, no me diga nada más y escúcheme. Por favor, pídale perdón a Dios de mi parte y perdóneme usted.

- Pero, ¿qué está diciendo?...

- Padre, insistió, pídale perdón a Dios por lo que estoy haciendo y perdóneme. Usted ha sido muy amable conmigo y no tuvo ninguna dificultad en atenderme y contestar a mis preguntas abiertamente, pero yo tengo que decirle la verdad: a mí me mandaron que lo investigara.

- ¿Que me investigara qué cosa, quién la mandó?, le pregunté extrañado.

- Padre, las cosas se hacen de tal manera que uno ya ni sabe quién es el que lo manda. Pero créame, es así: a mí me pidieron que lo investigara.

- Me resulta tan absurdo lo que está diciendo... ¿Qué podrá investigar que no se sepa? No tengo ningún secreto.

Mientras su acompañante tomaba la cerveza haciendo de cuenta que no oía, la periodista continuó:

- Padre, rece por nosotros, por favor, para que todo esto se termine. Además -y lo dijo con un suspiro de profundo desánimo- ¡si yo estuviera convencida de que está bien lo que hago!... Pero yo sé que no está bien.

Pensé que era tiempo de terminar la conversación.

-Yo voy a rezar por usted y por Cuba, esté segura; pero esta entrevista ya no tiene razón de ser.

- Padre, me interrumpió: aquí le dejo mis datos -y los anotó en un papelito- por si alguna vez puede escribirme. ¡Rece, rece por nosotros!

Nos despedimos. En el trayecto hasta la parroquia del Carmen, donde me alojé aquellos días, me sentí francamente incómodo. Antes de llegar tiré el papelito: era evidente que nunca le escribiría. Pero hasta hoy no me olvido de lo que me pidió.

domingo, 23 de mayo de 2010

¿SI NO ES NOTICIA NO EXISTE?

El autor de esta carta es un misionero uruguayo que está en Angola. La escribió y la mandó al New York Times, aun con la seguridad de que no se la publicarían. Y se la envió también a su hermana, que sí la hizo circular... Creo que me ha llegado por 8 canales distintos...


Abril, 2010

Querido hermano y hermana periodista:

Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.

Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la Iglesia no puede estar sino del lado de los débiles, de los más indefensos. Por lo tanto, todas las medidas que sean tomadas para la protección y prevención de la dignidad de los niños serán siempre una prioridad absoluta.

Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y otros casos recientes… ¡Ciertamente todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños... No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU. No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra la ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a sero positivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región…Ninguno pasa los 40 años.

No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua. Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.

No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos. Hay miserias, pobrezas y fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada criatura…

Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.

Sólo le pido, amigo periodista, busque la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.

En Cristo,

P. Martín Lasarte sdb

(Angola – domboscolwena@hotmail.com)

domingo, 16 de mayo de 2010

PRIORIDAD ABSOLUTA: NO TENER MIEDO


En mi humilde opinión, si alguien pretende sintetizar lo que dijo el Papa en Portugal sepa que, además de un imposible, está a punto de cometer un crimen. Benedicto XVI tiene el don de la claridad y es una delicia leerlo. Y, paradójicamente, su claridad es mediterránea en un doble sentido: por su profundidad transparente y por el horizonte que abren sus palabras. En consecuencia, ¿cómo meter el mar en una botella? Quisiera animarlos a ir leyendo de a poco TODO lo que dijo el Papa en Portugal.
Si me piden una idea entre muchas, destaco esta con sus propias palabras y, a continuación, otras que son como variaciones sobre un mismo tema: “todos, al final, nos piden (que demos las razones de nuestra esperanza), incluso los que parece que no lo hacen. Por experiencia personal y común, sabemos bien que es a Jesús a quien todos esperan. De hecho, los anhelos más profundos del mundo y las grandes certezas del Evangelio se unen en la inexcusable misión que nos compete”.


“Cuando en extensas regiones de la tierra la fe corre el riesgo de apagarse como una llama que se extingue, la prioridad más importante de todas es hacer a Dios presente en este mundo y facilitar a los hombres el acceso a Dios. No tengáis miedo de hablar de Dios y de mostrar sin complejos los signos de la fe, haciendo resplandecer a los ojos de vuestros contemporáneos la luz de Cristo”.



“Se necesitan auténticos testigos de Jesucristo, especialmente en aquellos ambientes humanos donde el silencio de la fe es más amplio y profundo: entre los políticos, intelectuales, profesionales de los medios de comunicación, que profesan y promueven una propuesta monocultural, desdeñando la dimensión religiosa y contemplativa de la vida. En dichos ámbitos, hay muchos creyentes que se avergüenzan y dan una mano al secularismo, que levanta barreras a la inspiración cristiana”.



“El llamamiento valiente a los principios en su integridad es esencial e indispensable; no obstante, el mero enunciado del mensaje no llega al fondo del corazón de la persona, no toca su libertad, no cambia la vida. Lo que fascina es sobre todo el encuentro con personas creyentes que, por su fe, atraen hacia la gracia de Cristo, dando testimonio de Él”.



“Vivir en la pluralidad de sistemas de valores y de cuadros éticos requiere un viaje al centro del propio yo y al núcleo del cristianismo, para reforzar la calidad del testimonio hasta la santidad, para encontrar caminos de misión hasta la radicalidad del martirio”.

miércoles, 12 de mayo de 2010

BELLEZA DE LA LITURGIA, CLARIDAD DE LA PALABRA ANUNCIADA





"La prioridad pastoral de hoy es hacer de cada hombre y mujer cristianos una presencia radiante de la perspectiva evangélica en medio del mundo, en la familia, la cultura, la economía y la política. Con frecuencia nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que hay fe, lo cual, lamentablemente, es cada vez menos realista. Se ha puesto una confianza tal vez excesiva en las estructuras y en los programas eclesiales, en la distribución de poderes y funciones, pero ¿qué pasaría si la sal se volviera insípida?".

martes, 11 de mayo de 2010

MAREA NEGRA, MAREA BLANCA


Hay tanta preocupación en todas partes –con razón- por el derrame de petróleo en el Golfo de México, que los responsables reciben en un sitio web ideas de donde vengan, para conseguir detener el terrible caudal negro. Pienso que estamos ante una gran parábola: ¿se podrá parar de alguna manera la podredumbre moral que afecta al mundo entero?
Benedicto XVI, al llegar esta mañana a Lisboa, ha dado ideas blancas y frescas que es necesario meditar a fondo y conseguir –trabajo de largo aliento- no sólo detener la descomposición global galopante, sino crear una nueva cultura. Reproduzco sólo algunas de sus palabras y recomiendo
pinchar aquí estos días y seguir en su versión íntegra la enseñanza del Papa.



  • La esperanza tiene, como primera y radical dimensión, no la relación horizontal, sino la vertical y transcendente. La relación con Dios es constitutiva del ser humano, que ha sido creado por Dios y destinado a Dios: por su propia estructura cognitiva busca la verdad, tiende al bien en la esfera volitiva, y en la dimensión estética es atraído por la belleza. La conciencia es cristiana en la medida en que se abre a la plenitud de la vida y de la sabiduría, que tenemos en Jesucristo. La visita, que ahora inicio bajo el signo de la esperanza, pretende ser una propuesta de sabiduría y de misión.


  • El justo ordenamiento de la sociedad deriva de una visión sapiencial de la vida y del mundo. Radicada en la historia, la Iglesia está abierta a colaborar con quien no excluye ni reduce al ámbito privado la esencial consideración del sentido humano de la vida. No se trata de una confrontación ética entre un sistema laico y un sistema religioso, sino de una cuestión de sentido, al cual se confía la propia libertad. El punto clave es el valor que se atribuye a la cuestión del sentido y a su implicación en la vida pública.


  • Vivir en la pluralidad de sistemas de valores y de cuadros éticos requiere un viaje al centro del propio yo y al núcleo del cristianismo, para reforzar la calidad del testimonio hasta la santidad, para encontrar caminos de misión hasta la radicalidad del martirio.

jueves, 6 de mayo de 2010

¿LA PASTORAL SUPERADA?...

Ayer de tarde, cuando estaba en el confesonario, se acercó una señora para decirme: - ¿Escuchó lo que dijo el Papa esta mañana? – No, le respondí. Y ella, que lo había visto en televisión, comentó en la rejilla: - Bueno, pero está en la línea, ¡gracias! Y se fue.
Esta mañana, yendo al sitio del Vaticano (
www.vatican.va), entendí a la señora. El Papa habló una vez más sobre los sacerdotes y, en concreto, de la misión de santificar que tenemos en la Iglesia. Entre otras muchas cosas que hay que leer y meditar dijo:

En las últimas décadas, se han dado tendencias orientadas a hacer prevalecer, en la identidad y en la misión del sacerdote, la dimensión del anuncio, separándola de la santificación; a menudo se ha afirmado que sería necesario superar una pastoral meramente sacramental. Pero, ¿es posible ejercer auténticamente el Ministerio sacerdotal “superando” la pastoral sacramental? ¿Qué significa en realidad para los sacerdotes evangelizar, en qué consiste la así llamada “primacía del anuncio”? Como se lee en el Evangelio, Jesús afirma que el anuncio del Reino de Dios es la finalidad de su misión; este anuncio, sin embargo, no es sólo un “discurso”, sino que incluye, al mismo tiempo, su mismo actuar; los signos, los milagros que Jesús hace, indican que el Reino viene como una realidad presente y que coincide al final en su misma persona, con el don de sí. Y lo mismo vale para el ministro ordenado: él, el sacerdote, representa a Cristo, el Enviado del Padre, continúa su misión mediante la “palabra” y el “sacramento”, en esta totalidad de cuerpo y alma, de signo y palabra. (…) Es necesario reflexionar si en algunos casos, el haber infravalorado el ejercicio fiel del munus sanctificandi, no habrá quizás representado un debilitamiento de la misma fe en la eficacia salvífica de los sacramentos y, en definitiva, en el obrar actual de Cristo y de su Espíritu, a través de la Iglesia, en el mundo.


Es importante promover una catequesis adecuada para ayudar a los fieles a comprender el valor de los sacramentos, pero es también necesario, siguiendo el ejemplo del Santo Cura de Ars, estar disponibles, ser generosos y estar atentos para dar a los hermanos el tesoro de la gracia que Dios ha puesto en nuestras manos y del cual no somos los “patrones”, sino custodios y administradores. Sobre todo en nuestro tiempo, en el cual por una parte parece que la fe se va debilitando y, por otra, emerge una profunda necesidad y una difundida búsqueda de espiritualidad, es necesario que cada sacerdote recuerde que, en su misión, el anuncio misionero y el culto y los sacramentos nunca pueden estar separados, y que promueva una sana pastoral sacramental, para formar al Pueblo de Dios y ayudarlo a vivir en plenitud la Liturgia, el culto de la Iglesia, los sacramentos como dones gratuitos de Dios, actos libres y eficaces de su acción de salvación.


(…) Cada presbítero sabe bien que es un instrumento necesario para la actuación salvífica de Dios, pero siempre y sólo instrumento. Esta conciencia debe hacerlo humilde y generoso en la administración de los sacramentos, en el respeto de las normas canónicas, pero también en la profunda convicción de que la propia misión es hacer que todos los hombres, unidos a Cristo, puedan ofrecerse a Dios como hostia viva y santa agradable a Él (cfr. Rm 12, 1).
Acerca de la primacía del munus sanctificandi y de la justa interpretación de la pastoral sacramental, es una vez más san Juan María Vianney, quien nos da ejemplo. Un día, frente a un hombre que decía que no tenía fe y deseaba discutir con él, el párroco le respondió: “¡Oh, amigo mío!, está mal encaminado, yo no sé razonar… pero si tiene necesidad de algún consuelo, vaya allá (su dedo indicaba el inexorable asiento (del confesonario) y créame, muchos se han puesto antes que usted y no se arrepintieron” (cfr. Monnin A., Il Curato d'Ars. Vita di Gian-Battista-Maria Vianney, vol. i, Torino 1870, pp. 163-164).


Queridos sacerdotes, vivid con alegría y amor la Liturgia y el culto: es acción que el Resucitado cumple con la fuerza del Espíritu Santo en nosotros y por nosotros. Quisiera renovar la invitación que hice recientemente a “volver al confesonario, como lugar en el cual se celebra el sacramento de la Reconciliación, pero también como lugar en el que se está más a menudo para que el fiel pueda encontrar misericordia, consejo y consuelo, sentirse amado y comprendido por Dios y experimentar la presencia de la Misericordia Divina, junto a la Presencia real en la Eucaristía” (Discurso a la Penitenciaría Apostólica, 11 marzo 2010).

sábado, 1 de mayo de 2010

DE NORTE A SUR UNA MISMA INTENCIÓN

Mes de Mayo, mes de la Virgen en todo el hemisferio Norte... y para tantísimas personas del Sur que en estas cuatro semanas la buscaremos más. Este video emociona, qué quieren que les diga. ¡Gracias!