Uruguay necesita sacerdotes, formados a la medida del Corazón de Jesús. Sacerdotes entregados, piadosos, ilustrados, optimistas; sacerdotes formados según el modelo de nuestro primer santo obispo, monseñor Jacinto Vera. En nuestras manos está el alma del Uruguay que queremos.
lunes, 29 de junio de 2009
NO LLUEVE SOBRE MOJADO...
sábado, 27 de junio de 2009
LA HISTORIA DE NOÉ
viernes, 26 de junio de 2009
HACERLE ECO

martes, 23 de junio de 2009
HILO GRUESO PARA RUMIAR

"Esta identificación personal con el Sacrificio de la Cruz lo llevaba -con una sola moción interior- del altar al confesonario. Los sacerdotes no deberían resignarse nunca a ver vacíos sus confesonarios ni limitarse a constatar la indiferencia de los fieles hacia este sacramento. En Francia, en tiempos del Santo Cura de Ars, la confesión no era ni más fácil ni más frecuente que en nuestros días, pues el vendaval revolucionario había arrasado desde hacía tiempo la práctica religiosa. Pero él intentó por todos los medios, en la predicación y con consejos persuasivos, que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia sacramental, mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística. Supo iniciar así un "círculo virtuoso". Con su prolongado estar ante el sagrario en la Iglesia, consiguió que los fieles comenzasen a imitarlo, yendo a visitar a Jesús, seguros de que allí encontrarían también a su párroco, disponible para escucharlos y perdonarlos. Al final, una muchedumbre cada vez mayor de penitentes, provenientes de toda Francia, lo retenía en el confesonario hasta 16 horas al día. Se comentaba que Ars se había convertido en "el gran hospital de las almas". Su primer biógrafo afirma: "La gracia que conseguía [para que los pecadores se convirtiesen] era tan abundante que salía en su búsqueda sin dejarles un momento de tregua". En este mismo sentido, el Santo Cura de Ars decía: "No es el pecador el que vuelve a Dios para pedirle perdón, sino Dios mismo quien va tras el pecador y lo hace volver a Él". "Este buen Salvador está tan lleno de amor que nos busca por todas partes".
Todos los sacerdotes hemos de considerar como dirigidas personalmente a nosotros aquellas palabras que él ponía en boca de Jesús: "Encargaré a mis ministros que anuncien a los pecadores que estoy siempre dispuesto a recibirlos, que mi misericordia es infinita". Los sacerdotes podemos aprender del Santo Cura de Ars no sólo una confianza infinita en el sacramento de la Penitencia, que nos impulse a ponerlo en el centro de nuestras preocupaciones pastorales, sino también el método del "diálogo de salvación" que en él se debe entablar. El Cura de Ars se comportaba de manera diferente con cada penitente. Quien se acercaba a su confesonario con una necesidad profunda y humilde del perdón de Dios, encontraba en él palabras de ánimo para sumergirse en el "torrente de la divina misericordia" que arrastra todo con su fuerza. Y si alguno estaba afligido por su debilidad e inconstancia, con miedo a futuras recaídas, el Cura de Ars le revelaba el secreto de Dios con una expresión de una belleza conmovedora: "El buen Dios lo sabe todo. Antes incluso de que se lo confeséis, sabe ya que pecaréis nuevamente y sin embargo os perdona. ¡Qué grande es el amor de nuestro Dios que le lleva incluso a olvidar voluntariamente el futuro, con tal de perdonarnos!". A quien, en cambio, se acusaba de manera fría y casi indolente, le mostraba, con sus propias lágrimas, la evidencia seria y dolorosa de lo "abominable" de su actitud: "Lloro porque vosotros no lloráis", decía. "Si el Señor no fuese tan bueno... pero lo es. Hay que ser un bárbaro para comportarse de esta manera ante un Padre tan bueno". Provocaba el arrepentimiento en el corazón de los tibios, obligándoles a ver con sus propios ojos el sufrimiento de Dios por los pecados como "encarnado" en el rostro del sacerdote que los confesaba. Si alguno manifestaba deseos y actitudes de una vida espiritual más profunda, le mostraba abiertamente las profundidades del amor, explicándole la inefable belleza de vivir unidos a Dios y estar en su presencia: "Todo bajo los ojos de Dios, todo con Dios, todo para agradar a Dios... ¡Qué maravilla!". Y les enseñaba a orar: "Dios mío, concédeme la gracia de amarte tanto cuanto yo sea capaz".
viernes, 19 de junio de 2009
COSAS DEL "TRABAJO PASTORAL"

miércoles, 17 de junio de 2009
LOS SACERDOTES

Más allá de algunos casos -publicitados y manipulados por demás-de infidelidad al compromiso sacerdotal, la verdad es que la inmensa mayoría de los 407.000 sacerdotes del clero secular y religioso que hay en la Iglesia, viven con ilusión y sacrificio alegre su vocación. No obstante, además de que es necesario que haya más sacerdotes, debemos ser santos.
El "Año Sacerdotal" es una fuerte invitación a que renovemos ese empeño, contando con la oración de toda la Iglesia y siguiendo el ejemplo inolvidable del santo Cura de Ars, al que el Papa proclamará "Patrono de los todos los sacerdotes del mundo".
Durante este Año, Benedicto XVI ha dispuesto unos modos de ganar la indulgencia plenaria, que expresan la urgencia de rezar mucho por nosotros, los sacerdotes. Quisiera invitarlos a hacer click ahí y leer despacio su contenido: para ganar la indulgencia, para comunicarlo a muchos, para rogar al dueño de la mies que, además de mandar nuevos obreros a trabajar en ella, despierte en todos deseos prácticos de santidad. Así aliviaremos las heridas de este mundo nuestro tan machucado...
martes, 16 de junio de 2009
DESDE DONDE SALE EL SOL HASTA EL OCASO

lunes, 15 de junio de 2009
PRIORIDAD UNO PARA MONSEÑOR BETO

Hoy cumple Beto 55 años. Por medio de la Virgen del Pilar, Patrona de la Catedral, habría que pedir para él que, en los 20 años de trabajo como obispo que le esperan, si Dios quiere, se multipliquen por dos o por tres los sacerdotes de su diócesis: se me ocurre que es una intención con prioridad uno.
jueves, 4 de junio de 2009
LINCOLN SAYS: QUO VADIS, BARACK OBAMA?

Desde su visión relativista de la vida, con esta proclama Obama está erigiéndose en el "mesías" que se ha propuesto abolir la "esclavitud social" de las personas LGBT. El problema es que, más allá de los obvios derechos de cada ser humano, que deben ser siempre respetados por todos, hay una diferencia esencial entre el derecho a no ser discriminado por el color de la piel, como declaró Lincoln, y el apoyo indiscriminado de este Presidente norteamericano al uso y abuso de la sexualidad. Esta echando en saco rato esta grave advertencia de Juan Pablo II: "El hundimiento de la moralidad lleva consigo la caída de las sociedades.”
Adjunto la información de Noticias Globales.
“POR TANTO, YO, Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de América, en virtud de la autoridad que me otorga la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, proclamo por la presente al mes junio de 2009 como el Mes del Orgullo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. Hago un llamamiento a la población de los Estados Unidos de revertir la discriminación y los prejuicios que existen en todos lados”.