jueves, 30 de septiembre de 2010

MINEROS CHILENOS - BEBÉS URUGUAYOS

Los 33 mineros chilenos que están en el vientre de la tierra desde hace un mes y medio, dan mucho que hablar. Para traerlos a la luz se han puesto en marcha, por si alguno falla, tres planes diferentes que son seguidos hora tras hora por sus familias, por todo Chile y por el mundo, tanta es la conmoción provocada por estos hombres.

En Uruguay, acaba de recomenzar la discusión acerca de la conveniencia de “despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo”, es decir, hablando en claro, de legalizar el aborto. Es lo de los mineros chilenos, pero exactamente al revés: en vez de pensar cómo salvar las vidas humanas que están en el vientre de sus madres, se pretende eliminarlos.

Cuando el 14 de noviembre de 2008 el Presidente Vázquez vetó la ley del aborto, los motivos con los que justificó su decisión tienen hoy tanta validez como entonces, porque no son políticos, sino exclusivamente científicos. Los recuerdo textualmente:

1) “La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia”.



2)“Descubrimientos revolucionarios, como la fecundación in vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano dejan en evidencia que desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser”.

3) “Hay consenso en que el aborto es un mal social que hay que evitar. Sin embargo, en los países en que se ha liberalizado el aborto, éstos han aumentado. En los Estados Unidos, en los primeros diez años, se triplicó, y la cifra se mantiene: la costumbre se instaló. Lo mismo sucedió en España”.


Quienes están a favor de la legalización del aborto parecen ignorar estos argumentos y afirman que “lo importante es que no mueran mujeres por abortos mal hechos”. Es, sin duda, un sentimiento bueno, pero se olvida que una mujer embarazada lleva en su vientre un nuevo ser, el más indefenso de todos, que reclama en silencio su derecho a vivir.

Entonces, ¿qué hacer? En la carta de Vázquez hay una respuesta profundamente humana: “buscar una solución basada en la solidaridad, que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos. Es menester atacar las verdaderas causas del aborto en nuestro país y que surgen de nuestra realidad socio-económica. Existe un gran número de mujeres, particularmente de los sectores más carenciados, que soportan solas la carga del hogar. Para ello, hay que rodear a la mujer desamparada de la indispensable protección solidaria, en vez de facilitarle el aborto”.

En Chile se está haciendo de todo para salvar la vida de 33 mineros. Por los niños uruguayos y por sus madres, por el presente y por el futuro de nuestro país, ¿no habrá que pensar soluciones más inteligentes que la de legalizar el aborto?

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