jueves, 9 de diciembre de 2010

COMO UN HORNERO

La vida del obispo es movida, lo voy descubriendo. El 1º de diciembre celebré Misa en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima: entro en la iglesia, llena, con mitra y báculo (enorme). Un niño me mira con ojos como platos. Cantos, homilía que escuchan con Atención mayúscula... Aquel niño, al final, no duda en preguntarme: - ¿Vos sos el rey?...

El día 3, al caer la tarde, en el colegio Nuestra Señora del Verdún, un pesebre viviente en el que participaron TODOS los alumnos de los tres cursos de liceo (no es poco). Viviente de verdad: el niño que la Virgen sostenía en sus brazos tenía dos meses y dormía que era un encanto. El encanto se rompió al llegar los pastores con un cordero y tres chivos, balando y chiveando (?). El niño rompió a llorar... ¡hasta que la Virgen lo calmó! Conmovedor de verdad. Palabras del obispo, al final, que muchos agradecieron... ¡y de qué manera!


El lunes 6, fiesta de San Nicolás, estuve en Batlle, a dos horas y media de aquí, según me había dicho el párroco. Batlle-Nico Pérez o Nico Pérez-Batlle, porque el pueblo está dividido en dos. Pero lo importante es que celebraba la parroquia su fiesta patronal. Sin correr, llegué en dos horas desde Minas. ¡Lástima! Los jinetes, que iban a esperar al obispo a las diez y media de la mañana, como llegó antes no acudieron (mejor, la verdad sea dicha, porque si llegan a pedirle que él también entrara a caballo en el pueblo, mala cosa para un jinete desentrenado). En el colegio, emoción completa: los niños lo esperaban con su escudo episcopal en los banderines y con canciones de bienvenida. Dios mío, ¡qué buena es la gente y qué fe tienen!

Visita al colegio y al CAIF: niños muy pobres, de dos y tres años, comiendo fideos con carne, te ofrecen: - ¿Vos terés?... - No, gracias, el obispo va a almorzar con el consejo parroquial: 8 señoras y 2 hombres, que están dejando horas y horas por los demás.

Después de la comida, a las 3 de la tarde, en el salón de actos de la parroquia, repleto, una representación de lo que había sido el año desde el ángulo pastoral, centrada en la corona de Adviento: cuatro adolescentes, metido cada uno en una bolsa y con una lámpara encendida en la cabeza, le dieron pie al obispo para que en la Misa, que celebró al terminar, hablara de esos cuatro personajes que desarrollaron su papel estupendamente: en silencio, con la luz prendida, alumbrando...

Al terminar la Misa llegó la noticia de que había fallecido una señora muy anciana, con fama de santa. El obispo fue al velorio y rezó delante de su cuerpo, arrolladito en una pobre cama. Pegadas en la pared, tres cuadros gastadísimos del Sagrado Corazón y una foto del Papa. Encima de la cómoda, una imagen de la Virgen del Carmen. Y esa mujer santa se muere el día del santo Patrono, mientras el sacerdote celebraba la Misa. Era obvio que Dios estaba allí.

La última visita, al esposo de una maestra del colegio que hace dos meses que adelgaza día a día y no le dan en la tecla. Estaban con él su mujer y una de sus hijas, Verdún de nombre: estamos en Minas.

El obispo llegó a su casa a las diez de la noche, trayendo consigo un nido de hornero como el de la foto, engarzado en unas ramas. Cuando se lo entregaron, uno de los responsables laicos de la parroquia leyó el siguiente texto, que reclama meditación continua por parte del obispo: "Te damos gracias, Padre, porque continúas dándonos a tu Hijo Jesús, como Pan vivo y a través de la presencia de nuestro obispo Mons. Jaime. Así como el hornero -poco a poco, con perseverancia-, construye su nido para cobijar a sus hijos, también tú como nuestro Pastor moldearás con amor nuestra Iglesia de Minas. Con este signo nos comprometemos a disponer nuestro corazón y unirnos a ti en la búsqueda de la santidad".

6 comentarios:

Juan Andrés BR dijo...

P.Jaime: Que buena la oración con la imagen del hornero.
Hace un tiempo oservaba, en el campo, como levantaba su nido,en un poste. Había un charco con barro cercano y en varios viajes o "vuelos" traía barro y pastos en el pico. Realmente, o literalmente hablando lo iba moldeando, dandole forma con rápidos movimientos de cabeza. Seguramnte en sus viajes por la diócesis, irá regogiendo anécdotas, vivencias con la gente, situaciones etc,.que le ayudarán a construir, la porcion territorial de la iglesia que le toca guiar.
Un abrazo fuerte y sigo rezando por Usted y su gente.
Juan Andrés

Unknown dijo...

P.Jaime: que lindo todo lo que cuenta del pesebre, los niños lo del caif. Cuanta razon con los comentarios del nido de horneros, cuanto me gustaría tener mi nidito para cobijar mis hijos, cuando los tenga claro.El detallees que se me estan pasando los años y no tengo suerte con el compañero,siempre termina igual, y sigo sola. En fin seguiré rezando por ud. y su diosesis. Desde el norte de esta república le mando un saludo fraterno, por sierto soy irene de salto,(me recuerda?)

Unknown dijo...

Querido Monseñor: gracias por su visita a Nico-Batlle. Realmente nos alegró el alma.
Pero Monseñor, en sus comentarios se ha olvidado de nuestro "Club de Niños San Nicolás". No recuerda aquellos niños picarones que con sus gorros rojos le mostraron su local?. Es que al leer su nota, dijeron: ¿y nosotros?.
Todos los niños y el equipo, le enviamos un cariñoso saludo y deseamos que Dios y nuestra amada Virgencita lo bendigan.

"Club de Niños San Nicolás"

Unknown dijo...

Padre Jaime!

Qué lindo todo lo que escribe!!!. Seguir el blog nos hace sentir que no está "tan" lejos de Salto!

MUY FELIZ NAVIDAD!!!
Wendy y familia

Anónimo dijo...

Es muy linda la imagen del hornero y la "construccion" de la Diócesis como una casa según pone la oración...

Nuestra Iglesia debe ser nido, familia y no olvidar que es de barro. Mucha paciencia y alegria (los horneros cantan felices cuando llueve y hay buen barro, los he visto y oído)para el Obispo y la Iglesia diocesana.

JAIME FUENTES dijo...

Muchas gracias a todos. María Esther, es imposible olvidar a los niños con gorro de Papa Noel... ¡Los tengo muy presentes! Se "escaparon" de la crónica, que no era exhaustiva...
¡Gracias!