miércoles, 15 de julio de 2009

¡MOISÉS, MOISÉS!...


Esta mañana, al leer en la Misa el diálogo magnífico entre Dios y Moisés, me acordé de Guillermo, de su vocación...

Un día, hace ya un montón de años, nos encontramos en la parroquia "San José Obrero", de Paysandú. Hablando de todo un poco en la entrada de la iglesia, le pregunté a Guillermo, que acababa de ingresar en el seminario, cómo había descubierto su vocación. Me respondió:

- Tendría que decirle como a Moisés: "Sácate las sandalias de los pies, porque ese lugar es tierra sagrada".

Su respuesta me sorprendió.

- ¿De qué lugar estás hablando?

- ¡De esa baldosa, precisamente, donde usted está parado!

Me aparté entonces, respetuosamente... Guillermo continuó:

- Fue ahí, y fue una Hermana la que me llamó, es decir, Dios me llamó por medio de ella. Era una Hermana brasilera, que estuvo un tiempo trabajando en la parroquia. Un día, ahí mismo, me dijo: "Guiliermo, ¿vocè no ha pensado ser sacerdote?"... Lo dijo así, entreverado, en portuñol... y bueno, empecé a pensarlo...

Leía esta mañana: "Vio el Señor que Moisés se acercaba a mirar y lo llamó de entre la zarza". Uno se encuentra todos los días con muchachos que miran... y a lo mejor (a lo peor, en realidad)no encuentran en mí el celo de una Hermana brasileña... Hago el propósito de imitarla: Guillermo ya es sacerdote.

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