domingo, 31 de enero de 2010

BURKA SÍ, BURKA NO... Y BASTANTE MÁS



La semana pasada, según informa eurotopics, una comisión del parlamento francés sugirió que se prohíba el velo integral –la burka- que usan algunas mujeres musulmanas. El influyente diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung opinó: “Se les ha dejado claro (a los 6 millones de franceses de origen musulmán) que Francia no está dispuesta a doblegarse ante la presión de un Islam militante, ni a relativizar la igualdad de derechos de hombre y mujer en nombre del Islam. El presidente Sarkozy se inscribe de manera inesperada en una tradición laicista con la que la República Francesa se ha a asegurado a sí misma una y otra vez. La prohibición de marzo de 2004 de llevar 'signos religiosos visibles' en las aulas, que se discutió acaloradamente en aquel entonces, se ha visto acreditada en retrospectiva. ... En pleno debate sobre la identidad nacional, Sarkozy ha formulado lo que Francia espera de los ciudadanos musulmanes: más discreción, menos provocación."
En esta parte del mundo, las relaciones con los musulmanes nos afecta muy poco o nada, desde el momento en que son absoluta minoría quienes practican esa creencia. No obstante, sí nos atañe si se encuadra en el tema más vasto del papel de las religiones en la sociedad y sus relaciones con el Estado.
Acabo de terminar de leer un libro que ilumina con extraordinaria claridad el problema. Se trata de la última obra del profesor Martin Rhonheimer, CRISTIANISMO Y LAICIDAD, editada por Rialp, que lleva este sugerente subtítulo: Historia y actualidad de una relación compleja.
En efecto, el recorrido histórico que hace en la primera parte del libro, mostrando la evolución doctrinal de la Iglesia Católica sobre su relación con el poder político, muestra a las claras que se trata de una cuestión complicada: con razón titula las conclusiones de su estudio, “Coexistencia e inevitable tensión entre Estado laico y cristianismo”.
Recomiendo la obra de Rhonheimer porque, más allá del problema musulmán, es una clarificación histórica sobre los aciertos y desaciertos de la Iglesia en su relación con el Estado y un aporte decisivo para que, en el presente, esa relación, aunque necesariamente tensa, redunde en beneficio de las personas que forman nuestras sociedades democráticas.

No hay comentarios: