Los talentos es todo un tema: ¿alcanza con tenerlos, cómo se explican, cómo se cultivan?...
Hace un par de semanas, en Paysandú, tuve la suerte de conocer a los padres de Cecilia Siqueira, una joven sanducera que, según ellos me contaron, desde que tenía 5 años empezó a mostrar un especial talento para la guitarra. Hay que decir que Julio y Raquel, los padres, tuvieron mucho que ver en la transmisión de ese don, puesto que los dos son profesores de guitarra. (Se debe agregar, en honor a la verdad histórica, que antes de nacer Cecilia los dos lo pasaron mal, porque pensaron que la niña podría nacer sorda, puesto que su mamá siguió dando clases durante el embarazo… y basta con apoyar el oído en la caja de una guitarra y hacer sonar las cuerdas, para imaginar cómo deberían retumbar en los finísimos tímpanos de la criatura non nata…). Pero gracias a Dios no fue así, sino todo lo contrario: Cecilia nació en 1982 con un oído finísimo.
El talento necesita cultivarse, y el cultivo es esfuerzo, es vencimiento de la pereza, es perseverar en el empeño hasta superar las dificultades. A los siete años, Cecilia Siqueira iba al colegio “Neike”, en Paysandú, y estudiaba la guitarra. Cuando llegó al liceo “Nuestra Señora del Rosario”, siguió con su guitarra horas y horas. Al cumplir los 15 ganó el primer premio en un concurso nacional y, a los 17, fue invitada a dar algunos conciertos en Alemania, previo permiso de sus padres que, después de dárselo, me contaron que estuvieron rezando durante el mes que duró su ausencia, encomendando al Cielo que no que no le pasara nada a la hija.
El año 2001 fue muy especial. Cecilia se presentó en el Concurso Internacional de Música de Caxías, en Brasil, y llegó a la final compitiendo con el joven Fernando Lima, oriundo de San Bento Abade, una pequeña ciudad del estado de Minas Gerais. Me contaba Raquel que, después de escuchar la ejecución impecable de Fernando, Cecilia pensó que nunca podría ganarle… Pero cuando ella terminó de tocar, el problema lo tuvo el jurado: tan buena había sido la interpretación de los dos que, después de deliberar largamente, llegaron a una imprevista y justa solución: le dieron a ambos el primer premio.
Para no alargarme, Cecilia y Fernando forman desde hace unos años el Dúo Siqueira-Lima, que va regalando una música extraordinaria por los escenarios de todo el mundo: desde Scarlatti a La Cumpasita, desde Albinoni a la música popular brasileña, sus guitarras invitan a la oración y a la alegría, y son capaces de elevarte hasta poner a Dios al alcance de un suspiro.
La historia sigue. Hace cinco años, Cecilia y Fernando se convirtieron en esposos; se casaron acá, en Paysandú. El talento común, sin duda, ha tenido mucho que ver en su unión como esposos y, según me contaban Julio y Raquel, no cuentan las horas de trabajo -¡los talentos son inspiración y transpiración!- que deben invertir para ensayar sus conciertos y los CD que han grabado.
En la página web del Duo Siqueira-Lima se pueden seguir sus andanzas por todo el mundo. Lo único que falta en su itinerario es… ¡tocar en Uruguay! A ver quién los trae…
El video que les presento es un “divertimento”, de Cecilia y Fernando… Es un botoncito de muestra de lo que pueden hacer dos talentos unidos. Por lo demás, es bastante obvio que, cuando llegue el primer descendiente, el dúo se transformará en trío.
Hace un par de semanas, en Paysandú, tuve la suerte de conocer a los padres de Cecilia Siqueira, una joven sanducera que, según ellos me contaron, desde que tenía 5 años empezó a mostrar un especial talento para la guitarra. Hay que decir que Julio y Raquel, los padres, tuvieron mucho que ver en la transmisión de ese don, puesto que los dos son profesores de guitarra. (Se debe agregar, en honor a la verdad histórica, que antes de nacer Cecilia los dos lo pasaron mal, porque pensaron que la niña podría nacer sorda, puesto que su mamá siguió dando clases durante el embarazo… y basta con apoyar el oído en la caja de una guitarra y hacer sonar las cuerdas, para imaginar cómo deberían retumbar en los finísimos tímpanos de la criatura non nata…). Pero gracias a Dios no fue así, sino todo lo contrario: Cecilia nació en 1982 con un oído finísimo.
El talento necesita cultivarse, y el cultivo es esfuerzo, es vencimiento de la pereza, es perseverar en el empeño hasta superar las dificultades. A los siete años, Cecilia Siqueira iba al colegio “Neike”, en Paysandú, y estudiaba la guitarra. Cuando llegó al liceo “Nuestra Señora del Rosario”, siguió con su guitarra horas y horas. Al cumplir los 15 ganó el primer premio en un concurso nacional y, a los 17, fue invitada a dar algunos conciertos en Alemania, previo permiso de sus padres que, después de dárselo, me contaron que estuvieron rezando durante el mes que duró su ausencia, encomendando al Cielo que no que no le pasara nada a la hija.
El año 2001 fue muy especial. Cecilia se presentó en el Concurso Internacional de Música de Caxías, en Brasil, y llegó a la final compitiendo con el joven Fernando Lima, oriundo de San Bento Abade, una pequeña ciudad del estado de Minas Gerais. Me contaba Raquel que, después de escuchar la ejecución impecable de Fernando, Cecilia pensó que nunca podría ganarle… Pero cuando ella terminó de tocar, el problema lo tuvo el jurado: tan buena había sido la interpretación de los dos que, después de deliberar largamente, llegaron a una imprevista y justa solución: le dieron a ambos el primer premio.
Para no alargarme, Cecilia y Fernando forman desde hace unos años el Dúo Siqueira-Lima, que va regalando una música extraordinaria por los escenarios de todo el mundo: desde Scarlatti a La Cumpasita, desde Albinoni a la música popular brasileña, sus guitarras invitan a la oración y a la alegría, y son capaces de elevarte hasta poner a Dios al alcance de un suspiro.
La historia sigue. Hace cinco años, Cecilia y Fernando se convirtieron en esposos; se casaron acá, en Paysandú. El talento común, sin duda, ha tenido mucho que ver en su unión como esposos y, según me contaban Julio y Raquel, no cuentan las horas de trabajo -¡los talentos son inspiración y transpiración!- que deben invertir para ensayar sus conciertos y los CD que han grabado.
En la página web del Duo Siqueira-Lima se pueden seguir sus andanzas por todo el mundo. Lo único que falta en su itinerario es… ¡tocar en Uruguay! A ver quién los trae…
El video que les presento es un “divertimento”, de Cecilia y Fernando… Es un botoncito de muestra de lo que pueden hacer dos talentos unidos. Por lo demás, es bastante obvio que, cuando llegue el primer descendiente, el dúo se transformará en trío.
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