lunes, 5 de abril de 2010

LAS AGUAS ESTÁN REVUELTAS


En el Musée d’Orsay, en París, se encuentra este óleo de Aime Perret, pintado con realismo en 1879, titulado “Le Saint Viatique en Bourgogne”. Pienso que, en estos momentos, hace bien contemplarlo. Como también leer estas palabras del Cardenal John Henry Newman (1801-1890), que las pasó negras por la Iglesia y recordar aun lo que dijo San Juan Crisóstomo (347-407), otro grande de nuestra historia que también tuvo que navegar en aguas turbulentas.

“Si examinamos toda la historia del cristianismo, desde sus comienzos vemos que en realidad no es sino una serie de preocupaciones y de desórdenes. Cada siglo se parece en estos a los demás, aunque a los que viven en él les parece peor que todos los que lo precedieron. La Iglesia es siempre doliente y perdura en su debilidad, llevando siempre en su cuerpo el estado de muerte que llevó Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. La religión parece siempre a punto de expirar, mientras dominan los cismas. La causa de Cristo está siempre en la última agonía, como si sólo fuera cuestión de tiempo el que desaparezca un día u otro…” (Vía Media, vol. I, 354s).

“No te apartes de la Iglesia, porque nada hay más fuerte que la Iglesia. Tu esperanza, la Iglesia; tu salvación, la Iglesia; tu refugio, la Iglesia. Ella es más alta que el cielo y más ancha que la tierra. Nunca envejece, sino que siempre está llena de vida” (Hom. De capt. Eutropio, 6).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estas consideraciones, tan alejadas en el tiempo, nos animan a esperar tiempos mejores, gracias por traerlas a este blog.
Fernando